En el Latido del origen hayamos la Medicina

La placenta como puente entre la vida y la trascendencia

Las palabras con las que distintas culturas han llamado a la placenta, evocan gran veneración y respeto: en Islandia es llamada “fylgia” que significa “ángel de la guarda” y para los maori de Nueva Zelanda es “whenua” la misma palabra que designa a la tierra. En Nepal, la placenta se llama "bucha-co-salthi", que significa "amigo del bebé". Los malayos ven la placenta como el hermano mayor del niño. En Sudán, la placenta se considera el doble espiritual del niño. En Egipto la palabra usada para denominar a la placenta es "mut rmetj" que quiere decir: madre de la humanidad.

En nuestro idioma, “placenta” tiene origen grecolatino y significa torta redondeada y plana (y agradable “placentera”).

Estos son solo unos cuantos ejemplos de los cientos que hay a lo largo y ancho del planeta. Durante miles de años este órgano ha sido honrado y tratado con la veneración, el respeto y la sacralidad que merece.

Es en los tiempos modernos en los que parece que hemos sufrido una separación de nuestros orígenes, de nuestras prácticas ancestrales y de nuestra memoria.

Uno de los llamados que siento como Doula es volver a traer al presente la importancia de nuestra tradición de nuestra ancestralidad y con ella la importancia de volver a integrar la importancia este órgano en nuestras vidas, así como su tradición y medicina.

Cada placenta es única y responde al código genético de cada mujer, por ello la fórmula de esta medicina es individual, fabricada a la medida de cada mujer en particular, por su propio organismo. Al reincorporar la placenta al cuerpo de la madre se reintroduce lo que originalmente la placenta tomó de ella.

Al consumir la placenta en capsulas,
la madre se reconecta con su propia fuente de vida,
ayudando a equilibrar su cuerpo y su mente facilitando una recuperación
mucho más completa, rápida y amorosa.

La placenta no es un simple órgano, es un un regalo de la naturaleza que en su
infinita generosidad ayuda a restaurar
y fortalecer lo que se entregó durante
el embarazo y la labor de parto.

Reintegrarla es un retorno a la totalidad,
un acto de amor hacia el propio cuerpo
y hacia la nueva vida que ha comenzado.

El parto es un acto de creación muy poderoso y muy físico en el cual como es normal también se pierden nutrientes, energía y
hormonas esenciales.
La naturaleza, en su infinita sabiduría,
nos ofrece un medio para restaurar lo perdido:
La placenta.

Integrar la placenta en el proceso de recuperación es un acto natural que permite al cuerpo
de la madre reabsorber los nutrientes,
hormonas y energías vitales que
se entregaron durante el nacimiento y
durante el embarazo.

 Preguntas frecuentes

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 Preguntas frecuentes *

  • La placenta se procesa, se encapsula y se prepara cuidadosamente, asegurando que cada elemento conserve sus propiedades únicas. Cada etapa del proceso alquímico esta diseñado con todo el respeto por esta medicina sagrada.

  • Todo empieza con una idea. Tal vez En cuanto la reciba me pondré manos a la obra, pudiéndote entregar la primera parte de la medicina a las 48h máx desde que la recibo.

  • Exacto, lo más normal es que si no estoy en vuestro parto, una vez empieces con el trabajo de parto se me comunique para irme preparando e ir a buscarla al hospital una vez la hayas alumbrado.

  • No te preocupes, muy entendible! para eso escríbeme un WhatsApp o llámame directamente y ahí agendaremos una llamada totalmente gratuita para conocer tus necesidades y ver como podemos organizarnos!

Este es un regalo que solo puedes recibir una vez en la vida.

Si sientes el llamado de esta medicina milenaria, no dudes en contactarme.